La Ley de Cambio Climático y Transición Energética estableció una serie de objetivos sostenibles para las Islas Baleares el pasado mes de abril. Estos objetivos, que incluyen una penetración de energías renovables de hasta el 35%, tienen como fin no solo contribuir al medioambiente del archipiélago sino también hacer que se mantenga en el tiempo.

Esta contribución al medioambiente se ha de lograr también mediante la creación de una red de movilidad eléctrica accesible al ciudadano. Es decir, que cualquier persona de a pie pueda tener a su disposición o bien un vehículo eléctrico (que no produce gases de efecto invernadero) o bien transporte público o vehículos compartidos.

Estas medidas también incluyen a las empresas de alquiler de vehículos el tener al menos un 2% de su flota compuesta por vehículos eléctricos. Esto supone a las empresas de las Islas Baleares el tener que adquirir alrededor de 960 vehículos eléctricos lo que supone una inversión de alrededor de 30 millones de €.

El presidente de FENEVAL (Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos con y sin conductor), Juan Luis Barahona explica que están totalmente dispuestos a cumplir la ley, pero que, a pesar de que compren estos vehículos dudan que los clientes alquilen dichos coches al no haber suficientes puntos de recarga.

El problema de la falta de puntos de recarga no es solo un problema en las Islas Baleares, sino en toda España. Se estima que en todo el país hay alrededor de 2.900 conectores públicos, de los cuales solo unos 150 se encuentran en el archipiélago balear. Esto supone que, a pesar de la iniciativa de la administración pública por promover el vehículo eléctrico y la inversión de la empresa privada al distribuirlo de poco sirve si tenemos en cuenta lo poco viable que es para el consumidor final.

Ante este problema, el gobierno balear pretende haber instaurado 500 puntos de recarga a finales de este año e incluso apoyar la instalación de estos puntos de forma privada. Sin embargo, desde FENEVAL se quejan de que no solo tiene que haber muchos más puntos de recarga, si no que además la ubicación de los mismos debe ser variada y estratégica. Esto se debe a que su cliente medio no tiene el hábito de tener que recargar su vehículo en un polideportivo o en el ayuntamiento ya que daña la “experiencia del turista”.

En definitiva, estamos hablando de la pescadilla que se muerde la cola. No hay coches eléctricos, por lo que no hay puntos de recarga, por lo que no hay demanda de coches eléctricos por lo que no hay coches eléctricos. Un bucle, al fin y al cabo.

Pero de poco sirve hablar del problema sin hablar de la solución. Sabemos que por cada 10 vehículos eléctricos tiene que haber un cargador (Directiva 94/2014/UE) y que la distancia media recorrida es de 39 km por vehículo (Proyecto Zem2All).  A estos datos hay que sumarles que la carga media es de 10kWh y el 25% de las necesidades energéticas se satisfacen fuera del domicilio (Proyecto Zem2All).

Entonces ¿qué requerimientos van a tener los 960 vehículos eléctricos que comentamos antes?

Cada vehículo consumirá al año de media unos 2.847kWh (2.733.120 en total) mientras cada cargador suministrará 7.118kWh. Los 96 cargadores exigidos por ley suministrarían 683.328kWh mientras que los que realmente hay (150 en todo el archipiélago) suministran 1.067.00kWh (parece insuficiente, pero recordemos que solo el 25% de las recargas son en la vía pública).

Por otro lado, una vez se instalen los 500 puntos de recarga que prepara “La Consellería de Transición Energética y Sectores Productivos de Islas Baleares” permitirá aumentar la oferta de recarga en más de un 230%. Esto permitirá solucionar de forma holgada las exigencias de recarga de los vehículos eléctricos (de momento) pero el servicio de recargas fijas no es la única solución.

Un sistema de recargas “in situ” con cargadores móviles a disposición del usuario permitiría garantizar el suministro de energía para los vehículos eléctricos en cualquier lugar y situación. En GASPIMEM estamos en disposición de ofrecer a la movilidad sostenible gracias a una solución 100% libre de emisiones.

En cuanto a las emisiones, debemos puntualizar que sustituir 960 vehículos de combustión interna por vehículos eléctricos supondrá que haya 1.639 Toneladas de CO2 menos en el ambiente balear.

Por último comentar que un vehículo de gasolina emite 56 miligramos de óxido nitrógeno por km, mientras que un eléctrico emite la fiable suma de 0 mg/km. Además, un vehículo de gasolina emite 1,6 miligramos de partículas en suspensión por km, mientras que el vehículo eléctrico imita su récord anterior con 0 mg/km. 


Fuentes: